jueves, 3 de marzo de 2016

Hija busca madre

Erase una vez una niña llamada Ana, a quien le encantaba salir de fiesta.  Ella tenia solo 15 años.
Es alta, guapa y un poco tonta. Es morena...
Un día se fue de fiesta y entonces pasó un grave problema. Se había mareado despúes de la fiesta que había pasado con sus amigos. Había bebido demasiado cuando se mareó. Sus amigos no la ayudaron porque tuvieron miedo de meterse en problemas.
La chica se quedó allí tirada en un callejón oscuro. Al día siguiente se encontró en una habitación enorme y muy hermosa con muchas cosas; mas bien parecía un palacio. Ana estaba asustada y tenia miedo porque no recordaba lo que pasó ayer. Tampoco sabía donde estaba. De repente, se escucha la puerta abrirse. Era una mujer anciana.
- Hola -dijo la anciana, que llevaba una taza de té en la mano-. Toma, para tranquilizarte un poco.
- ¡Quién eres, dónde estoy!
- Soy tu abuela -dijo la anciana dolida.
- ¡¡¡¡Qué hablas, si yo no tengo abuela!!!!
- Ya lo sé.
Ana se había quedado paralizada.
- ¿Cómo? Oye, quiero irme a mi casa.
- Pero hija, si esta es tu casa.
- Oye, vieja, no flipes más.
- Mira, cariño: estás viviendo con otra familia, una familia que no es tuya.
Ana ya sí que es verdad que se había asustado y mucho.
- ¿Quién eres y qué quieres de mí?
- Soy yo, tu abuela, madre de tu madre verdadera.
Ana estaba flipando estrellas. Nunca se había pensado que sus padres le estuvieran engañando. A la vez, no se lo creía pero la anciana parecía que decía la verdad .
- Cariño, si no me crees, ve y hazte un análisis. Sabrás quién es tu verdadera madre, comparando los resultados con la madre que vives.
- Yo no quiero nada. Solo quiero irme a mi casa y volver a mi vida normal.
- Vale, haz lo que quieras. Pero que sepas que esos no son tus padres verdaderos.
Ana se levantó de la cama, se puso los zapatos y salió de la habitación. La casa era enorme. Le dio un vistazo y salió a la calle.
Cuando Ana volvía para su casa, no dejaba de pensar en las palabras de esa vieja, que se supone que es su abuela.
- Hola mami.
- ¡¡¿Dónde estabas hija?!!
- A ti qué te importa, si ni siquiera soy tu hija.
La madre se quedó boquiabierta.
- Quién te lo ha dicho.
Ahora Ana pensaba mas en las palabras de esa anciana. Las cosas cada vez se ponían más claras.
- Mama ¿quién soy yo?
- Cariño, tú eres mi hija.
- Ah ¿sí? Pues quiero hacerme los análisis de ADN, quiero asegurarme.
- Vale, hija, si te cuento la verdad ¿me prometes que te quedaras aquí conmigo, y que seguirás llamándome mamá?
- Qué me estas contando, por dios. Tengo que irme.
- ¿Adónde? No pensarás que te voy a dejar salir, ¿es que se te ha olvidado lo que te hicieron?
- No voy a ir con mis amigos. Voy a ver a mi abuela.
- Cariño, tus abuelos están muertos.
- Oye Marta, voy a ver a mi abuela verdadera y allí me quedaré.
- Hija, no lo hagas.
Ana salió de la casa y dio un portazo.
Cuando Ana llego a la casa de la anciana, la que se suponía ser su abuela, llamó a la puerta.
- Cariño, eres tú -dijo una mujer que era idéntica a Ana.
- Quién eres.
- Soy tu madre.
- Qué me estás contando.
Salió de allí corriendo. Se sentía confundida.
Cuando volvió a su casa, se tropezó en la puerta con la policía. Su madre falsa se había suicidado.
Regresó a casa de la otra, pero la encontró vacía.
¿La había dejado o todo era una alucinación?
Así es como Ana, finalmente, se quedó sola.
Se le ocurrió poner un anuncio en "Segunda mano": "Hija busca madre. Promete portarse bien y colaborar en la casa".

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