miércoles, 24 de febrero de 2016

Creamos un relato: por Cristina Sáez


Todos los ciudadanos, bien adinerados. A ninguno les falta el dinero: no hay ningún humano pobre, pero están dominados por el poder de Edward, el Gobernador, que no les permite hacer ciertas cosas. "Si incumplen las normas, serán expulsados de la ciudad".
Los ciudadanos, adinerados, compraban cosas sin pensar en si era "necesario" o no: lo compran por comprar, ya que todas las fábricas de la ciudad estaban dirigidas por el Gobernador,  Sobreexplotador de sus trabajadores. Tenían que fabricar millones de productos en tan solo un dia, pero los ciudadanos caían en su "trampa". Intentaba llamar la atención con sus productos y lo conseguía.
Los ciudadanos trabajaban en las fábricas de Edward; o sea, sin pensar que estaban comprando los propios productos que ellos mismos fabricaban. Pero,  claro, la ciudad estaba llena de eslóganes atractivos, para que la gente picase y comprase; mientras tanto, él se adineraba.
"Sí, es verdad que a nadie le falta el dinero, pero, ¿quién descansa?".
Todos siempre estaban cansados, y encima les obligaban a hacer deporte. No podían usar los coches, siempre había que ir andando o en bicicleta  porque el gobernador estaba obsesionado con el medio ambiente. Los ciudadanos tenían sus días específicos para mantener relaciones sexuales, estaban prohibidos los anticonceptivos y no podían comer "comida basura": "todos los productos deben de ser sanos y ecológicos". No existían las personas obesas, ya que fueron expulsadas de la ciudad. Tampoco podían fumar ni tomar alcohol.
Charly es un ciudadano más de Bretabil, que trabaja en una de las millones de fábricas que tiene Edward. Charly es un hombre entusiasmado por la ciencia y la investigación. Tiene una familia: su mujer Edurne y sus dos hijos Loreen y Frank. También tiene la prohibición de investigar, ya que solo los monjes investigan sobre lo que Edward quiere que investiguen.
Charly, una mañana, se despertó pensando: "¿por qué no?". Y si alguien investigara sobre una nueva forma de organizar la ciudad, para que haya un gobierno democrático, donde todos puedan expresar su opinión y hacer (dentro de las normas) lo que más les apetece, sin temer que serán penalizados e incluso expulsados de la ciudad. Dejar su familia, por culpa de Edward.
- ¿No crees que seríamos más felices si actuásemos como realmente queremos, sin pensar en ser castigados o no? ¿No crees, Edurne, que...
- ¿De qué hablas? Anda, no digas estupideces, nosotros somos felices. Disponemos de dinero, trabajamos como una familia honrada. Y nuestros hijos son ejemplares.
- Ya, pero, no actuamos como realmente queremos, estamos dominados, y así es imposible vivir.
- Quítate esa estupidez de la cabeza, nosotros vivimos bien. Además estás expuesto a que nos penalicen y puede que los niños no puedan ir al colegio o algo aún peor, podríamos ser expulsados de la ciudad.
Charly le comentó a su mujer sobre el tema, pero su mujer era muy "tradicional" y no le dio mucha importancia. Sus hijos iban al colegio que tenían que pagar a Edward (cómo no) y éste podía expulsar a sus hijos del colegio. Sus hijos eran buenos estudiantes, Loreen era una chica muy aplicada, aficionada a la lectura y al estudio, Frank, también por su parte, era aplicado, pero algo menos que Loreen, un poco más travieso y revoltoso; pero de igual forma los dos eran excelentes.
El buen Charly sigue con la idea de investigar y decirle al pueblo que no son felices, que disponen de dinero, pero que no pueden realizar actividades necesarias para el ser humano, como el amor hacia su pareja cuando les apetezca o comer lo que más les guste.
Un día fue a la plaza de la ciudad, como otros muchos días. Había bastante gente, ya que es donde se situaban todas las tiendas y los negocios. Pensó que sería el momento perfecto para anunciar a los ciudadanos las injusticias que Edward les hace pasar.
Se dispuso en el centro de la plaza y empezó a llamar la atención de todos con un micrófono en mano. Intentaba expresar sus ideas sobre la forma de gobierno: "Ciudadanos de Bretabil: os he reunido aquí para que sepáis que nuestras vidas no son perfectas, porque no podemos hacer lo que realmente queremos, sino lo que el gobernador quiere que hagamos..."
La gente, asustada y alarmada, huía con espanto. Simplemente, no estaban de acuerdo con él.
Antes que hablara, como quien dice, ya se ha enterado Edward de que un ciudadano está poniendo en su contra a todos los ciudadanos y llama inmediatamente a sus guardias de seguridad.
Arrestado, pasa una semana en una especie de cueva, situada en la parte baja de la enorme casa de Edward. Hambriento y mal oliente, Charly está preocupado por su familia y lo que les pueda pasar por su culpa.  asaron más dias, incluso semanas, al punto de deshidratarse y estar a punto de morir.
Edward manda a sus guardias que liberen a Charly para hablar con él,
- Ningún ciudadano puede, bajo ningún concepto, ir en mi contra. ¿Entiendes? Esto te va a pasar factura. Trabajarás más en la fábrica con más horas y menos dinero y tus hijos, tus hijos no podrán ir al colegio y serán unos analfabetos por siempre.
- Conmigo haz lo que quieras, pero, con mi familia no. Mi familia no tiene culpa de mis actos.
- Lo que tú más quieres es a tu familia, pues eso es lo que te voy a dañar.
Charly, enfurecido, no se rinde, y vuelve a intentarlo de nuevo. Pero esta vez fue casa por casa informando y dando su discurso.
Al principio a los vecinos les parecía una locura, algo absurdo y estúpido, estaban escandalizados ya que nunca antes nadie había estado en contra del Gran Gobernador Sobreexplotador (o si, pero nadie se atrevía), pero finalmente iban entrando en razón.
Convocó a todos los ciudadanos en la plaza Mayor para pedir sus derechos y nuevas leyes. Edward tenía bastante poder, pero no el suficiente para ir contra una ciudad entera. Pidió ayuda a sus guardias, pero éstos se pusierón de parte de Charly. Edward, al verse solo y no poder hacer nada no soportaba la idea de que lo expulsaran de la ciudad. Finalmente, se suicidó, ahorcándose.
El buen Charly estaba contento, por una parte; pero por otra se sentía culpable de haber causado una muerte. Angustiado y nervioso, también se suicida, pero antes le deja escrito a sus hijos una carta: "Luchad por vuestros sueños y que nadie controle vuestras vidas".
Veinte años más tarde, los ciudadanos se cansaron de vivir a su aire. Hicieron nuevas elecciones. Salió ganador Frank, el hijo de Edward, el Libertador Suicida. El nuevo Gobernador propuso nuevas leyes y un gobierno democrático. Intentaba cumplir el sueño de su padre, ya que él no pudo conseguirlo. Parece que lo consiguió.

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